martes, 7 de junio de 2011

Ternera vs ternura



Cuenta Albert Espinosa, el escritor que me regalaron este cumpleaños ("Si tú me dices ven, lo dejo todo... Pero dime ven", del que me he "enamorado", sus libros son muy "sentíos", sencillos y con corazón), que un día una amiga suya pidió en una carnicería un kilo de ternera y le salió "ternura", entonces el carnicero contestó: "Si tuviera ternura le pondría kilo y medio". Preciosa anécdota, mucho más cotidiana que surrealista de lo que imaginamos.

Eso mismo hace falta en este mundo, más ternura, más comprensión, respeto y amor para todos aquellos que nos negamos a ser iguales que los demás por obligación. Soy tierna, que no ñoña ni cursi, tierna, sin más. Quisieron hacerme cambiar las circunstancias, las obligaciones, "la jungla"... Pero no puedo. No puedo y (desde hace algún tiempo) no quiero dejar de serlo, ni subestimar y negar la persona que soy por ser quien se quiere que sea. Ya, ya sé que la ternura resulta muy obscena, está muy mal visto serlo porque denota debilidad o sensiblería... Da mucho miedo. Entonces, no te toman en serio, se piensa que no eres así realmente; o sí que se toma en serio, pero no te entienden, no te comprenden, te rechazan o te hacen daño (con la excusa del "ya espabilará"). No quiero "espabilar". No quiero que me hagan daño. Seguiré siendo tierna, lo soy por naturaleza y es algo que no se cambia. Porque en alguna parte, en algún lugar, alguien lo entiende, comprende y respeta... Y acepta sin miedo recibir algo más de kilo y medio de ternura. Porque tengo para dar a raudales.

Lo siento, hoy estoy muy blandita. Necesito un abrazo.  

1 comentario:

Manuel Márquez dijo...

Ternura no es debilidad, compa Palmira. Igual que se puede ser serio y divertido, se puede ser tierno y fuerte, no hay incompatibilidad entre esos dos rasgos de carácter. Así que no cejes en tu postura, merece la pena.

Hoy no te mando un abrazo: un par de ellos, y bien fuertes, y que tengas buen fin de semana.